Thomas Dressen sorprendió a propios y extraños al ganar de forma sorprendente este sábado el descenso de Kitzbühel (Tirol), el más peligroso de la Copa del Mundo de esquí alpino.
Dressen, de 24 años, que esta temporada había subido por primera vez a un podio de la Copa del Mundo en el descenso de Vail-Beaver Creek (EEUU), en el que fue tercero, se estrenó en el mejor sitio posible, en la monstruosa pista Streif, de 3.312 metros -con salida a 1.665 y un desnivel de 860-, que cubrió en un minuto, 56 segundos y 15 centésimas, veinte menos que el suizo Beat Feuz, actual campeón mundial de la disciplina y que había ganado hace una semana en Wengen antes su afición.
Otro alemán, Andreas Sander, firmó el sexto puesto, por delante del también sorprendente francés Brice Roger.
Dressen saboreó la gloria, a tres semanas del descenso olímpico, en los Juegos de PyeongChang (Corea del Sur). Feuz se conformó con ser segundo, tras ganar en Wengen hace siete días. Y Reichelt, ganador en 2014, se quedó con la única estatuilla del rebeco que no tenía aún: la de bronce.
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