El suizo Ramon Zenhäusern fue segundo y el austriaco Michael Matt tercero.
Henrik Kristoffersen se ha pasado la temporada lamentando segundos puestos y ha dejado escapar el oro olímpico cuando lo tenía todo en la mano. Salía el último, con el mejor tiempo y con su pesadilla, Marcel Hirscher, fuera de carrera desde la primera manga. Quizá la ansiedad de ver el título tan cerca, quizá la presión de verse tan cerca de lo que parecía una reserva en el tremendo palmarés del austriaco han pasado factura al noruego que se ha salido del trazado en las primeras puertas y ha hecho que el oro acabe en el cuello del sueco André Myhrer.
Es la primera medalla de Suecia en esquí alpino masculino en estos Juegos (Hansdotter ganó el Slalom femenino), la tercera de oro en la historia para un hombre después del doblete del legendario Ingermar Stenmark en 1980 (Slalom y Gigante). Myhrer (11-1-1983) fue bronce en Vancouver 2010 en Slalom ya antes había rozado la presea en Turín 2006 al ser cuarto.
Doce años después de su estreno olímpico y tras no acabar la prueba en Sochi es el rey.La plata fue para el gigante suizo Ramon Zenhausern (dos metros y que se sube por primera vez al cajón en esta prueba en cualquier competición de primer nivel), que volvió a demostrar que el futuro pasa por él. A sus 20 años y ganado de la Universiada de 2015, el suizo acabó por delante del austriaco Michael Matt, que une su bronce al oro que hace cuatro años conquistó su hermano Mario en el Slalom de Sochi.Hirscher no fallaba así desde 2016
El gran golpe de la mañana llegó pronto, cuando el gran favorito, Hirscher, se quedaba fuera a las primeras de cambio.El Señor de las Nieves salía quinto a la caza de su tercer oro en estos Juegos, una gesta que sigue en la manos de sólo dos hombres: el austriaco Toni Seller (1956, en Cortina d’Amepezzo) y el francés Jean-Claude Killy (Grenoble, 1968).
El gran dominador del Slalom, el ganador de 55 carreras en la Copa del Mundo (sólo mejorado por las 81 de Vonn y las 86 del sueco Stenmark), nueve medallas en Mundiales (seis de oro y tres de plata), el dominio absoluto en Slalom (cuatro veces ganador de la general de la especialidad y en su mano esta temporada para ponerse a tres de Stenmark) y Super Gigante (cuatro) y en la General de la Copa del Mundo (todos los títulos desde 2012, camino del séptimo tras dejar ya atrás la marca histórica de cinco de Marc Girardelli) se estrelló cuando nadie lo esperaba.
En una trazado marcado por el equipo austriaco (Michael Pircher), Hirscher fue uno de los muchos, 54 de 106, incluyendo al español Juan del Campo, que pagó la exigencia del camino marcado. No pasaba desde el 14 de febrero de 2016, cuando no superó el corte en el Slalom de Yuzawa (Japón). Ya después de ganar el Súper-G, Hirscher había avisado: «Es complicado mantener tanta concentración, tengo curiosidad por ver si lo logro en el Slalom». Su presentimiento estaba justficado. «Ya antes de empezar sentí que algo no iba bien en mi cabeza», explicó tras quedarse fuera.
Noticias Relacionadas
Tumler sorprende en el Gigante de Beaver Creek
Odermatt vuele a lo más alto del podio en el superG de Beaver Creek
Parece que la victoria 100 de Mikaela Shiffrin tendrá que esperar