La federación francesa ha realizado una clasificación de reglas básicas –pero necesarias- a tener en cuenta antes de emprender una salida de esquí de montaña, además de recordar el significado de la conocida, pero mal entendida, escala europea de riesgo de Aludes
El esquí de travesía es una de las disciplinas, dentro de los deportes de montaña, con mayor crecimiento en los últimos años. Sin embargo, la diversa procedencia de sus practicantes (algunos son esquiadores de pista, otros montañeros, otros atletas de resistencia), la complejidad y cantidad del material requerido y, sobre todo, la falta de información ante los peligros objetivos y posibles problemas a los que se enfrenta el practicante, que después de todo se encuentra en un entorno de alta montaña invernal, hacen más que nunca necesario incidir sobre las materias de prevención y seguridad. En este caso, con el término esquí de montaña, no nos referimos exclusivamente a las competiciones de esquí-alpinismo, generalmente celebradas en parajes de –relativo- fácil acceso desde las estaciones de esquí, y con una organización eficiente que hace lo posible para minimizar los riesgos. Nos referimos, más bien, al esquí de travesía como modo de realizar actividades invernales en montaña, a nivel de ocio y seguidas por un número mayor de practicantes (y siendo estos, como comentábamos, de lo más variopinto).
El esquí de montaña es una disciplina físicamente exigente y que se desarrolla en un ambiente especialmente hostil. Existen una serie de riesgos objetivos muy importantes, entre los cuales destacan las inclemencias meteorológicas de todo tipo y los aludes. Por tanto, el esquiador de montaña, sea cual sea su nivel físico y técnico, no puede permitirse el lujo de obviar ningún aspecto relativo a la seguridad y la prevención. Es común subestimar los macizos montañosos de nuestra Península (no es tan extraño escuchar comentarios del tipo “el ARVA es para usar en los Alpes) , o dejar en casa material que puede hacernos falta en un momento dado para llevar menos peso en el macutoo confiar en que no merece la pena cargar con él según los recorridos a realizar (ocurre a menudo con el piolet y los crampones). Por otra parte, todos estos factores cobran mayor importancia por el hecho de que el esquí de montaña se suele realizar en grupo (los esquiadores solitarios multiplican el nivel de riesgo que corren).
Es mejor evitar formar grupos demasiado numerosos, en la foto la superpoblada Chamonix-Zermatt
En definitiva, que es precisamente ahora, cuando la temporada está a punto de comenzar y empezamos a mirar al cielo esperando nieve, cuando conviene repasar y hacer acopio de buenas (y a ser posible, firmes) intenciones de cara a una nueva temporada. Invertir en material es necesario, pero no suficiente: en este sentido, el conocimiento del medio y la información (tanto sobre técnica o nivología, como sobre nosotros mismos y nuestra actitud) puede suponer una enorme diferencia en caso de que, allá arriba, surja cualquier tipo de improviso.
Con esta intención, el pasado 27 de septiembre, el Comité director de la sección de esqui de montaña de la Federación Francesa de Montañismo y escalada publico esta clasificación de reglas de seguridad, que a continuación traducimos y reproducimos. Asimismo, incluye la explicación de la escala europea de riesgo de avalancha, una herramienta muy útil pero que a menudo no se interpreta correctamente.
REGLAS DE SEGURIDAD EN ESQUÍ DE MONTAÑA (ffme)
1.- Infórmese
• Consulte las previsiones meteorológicas (en Francia, llamar al 0892.68.02, añadiendo a ese número el número de departamento sobre el que queremos información).
• Consulte el boletín de estimación de riesgo de avalanchas (en Francia, llamar al 08.92.68.10.20).
• Solicite información en las instituciones de iniciativas turísticas, en las oficinas de turismo, a los profesionales de la montaña (puestos de vigilancia, protección de medio ambiente, oficinas de guías, servicio de pistas o escuelas de esquí, etc.) o a personas informadas y con buen conocimiento de la montaña invernal.
• Consulte las recomendaciones y datos contenidos en las guías, mapas y revistas especializadas.
2.- Prepárese
• Prepárese físicamente: una salida de esquí de montaña es más exigente que una marcha a pie durante el verano.
• Calcule el desnivel positivo, negativo, y tenga en cuenta la longitud total del itinerario.
• Prevea el horario de marcha efectiva, y calcule la duración de las posibles pausas.
• Empiece suficientemente pronto, y prever un amplio margen horario de seguridad.
• No sobreestime sus capacidades ni las de aquellos que le acompañan.
• No salga nunca solo, y de información previa sobre su destino y la hora aproximada de regreso.
3.- Equípese
• Utilice botas específicas para esquí de montaña. Es indispensable llevar guetres (polainas) o un sistema equivalente para evitar que entre nieve en las botas.
• Asegúrese de que sus esquís, bastones, cuchillas y pieles de foca estén adaptados.
• Material de orientación indispensable: mapa (a escala 1:25.000 y protegido dentro de un porta-mapas impermeable) brújula y altímetro.
• Según el relieve de la zona y el estado de la nieve, los crampones pueden ser indispensables.
• En función del itinerario, prevea e incluya el material de aseguramiento que pudiese llegar a necesitar: cuerda, piolet, arnés, crampones, etc.
• Lleve ropa caliente e impermeable, incluso aunque el tiempo parezca bueno y las previsiones meteorológicas sean optimistas.
• No olvide llevar agua o bebidas calientes en un termo, así como víveres para el día.
• Compruebe que lleva guantes, gafas y crema solar, más un par de guantes y gafas de recambio en el fondo de la mochila.
• Proteja su material llevándolo en una mochila de calidad.
• Es indispensable llevar un pequeño botiquín de primeros auxilios y una manta de supervivencia.
• Plantéese llevar un pequeño kit de reparaciones.
• El teléfono móvil está lejos de tener una cobertura total en montaña pero, si ésta se da, hay que tener en cuenta que se trata del modo más rápido para dar aviso en caso de accidente (Número de urgencias en Europa: 112).
• En esquí de montaña resulta indispensable el equipo de búsqueda de víctimas de avalanchas. El ARVA, siempre acompañado por una pala de nieve y una sonda, son indispensables a efectos de seguridad y de rescate (ver anexo sobre avalanchas)
• En terreno glaciar, se tomarán las mismas medidas que si fuéramos a pie
4.- Compórtese (actitud necesaria)
• Salga suficientemente pronto
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