Con casi 2 metros de nieve inaugura la temporada de invierno el 14 de junio. A menos de 200 km de Santiago y a dos horas de carretera de la capital chilena, el primer centro para esquiadores de Sudamérica que dio sus primeros pasos en 1887, año tras año atrae más visitantes.
No es producto de la casualidad que cientos y cientos de turistas decidan viajar al Centro de Esquí Portillo para disfrutar sus vacaciones de invierno con el objetivo de olvidar al menos por unos días la rutina.
Tal vez algunos huéspedes expertos en el deporte lo eligen por su excelente nieve seca- las pistas están a 2850 metros sobre el nivel del mar- por las ideales temperaturas para la práctica del esquí y por sus 34 estupendas pistas. Otros entusiastas dirán que la imponente Cordillera de los Andes y la cristalina Laguna del Inca como telón de fondo son una caricia para la vista.
Seguramente muchos turistas con hijos pequeños destacarán el servicio y la atención que les brinda el único hotel que está sobre la montaña: el Portillo Hotel & Ski Resort. Y un grupo de amigos aventureros, siempre deseosos de optar por la alternativa más económica, no dudarían en afirmar que dormir sobre las cómodas cuchetas que ofrece el complejo es un alivio para sus bolsillos.
En fin, desde el próximo 14 de junio hasta el 5 de octubre, con ya casi 2 metros de nieve- por temporada recibe un promedio de 7 metros- a sólo 164 km de Santiago de Chile y a 1 km de Mendoza, Portillo es un lugar ideal para vivir las vacaciones en plenitud.
Un paraíso en la montaña
El hotel principal ofrece habitaciones de ensueño con vista a la Laguna del Inca, al Valle y a las pistas. Tienen grandes ventanales y cómodos balcones. Decoradas con simpleza y buen gusto, cuentan con todas las comodidades. Son ideales para familias y parejas.
Para grupos de amigos o mochileros, el centro de esquí ofrece dos posibilidades de alojamiento. Una de ellas es el Octógono, un edificio anexo al hotel principal. En este caso las habitaciones tienen cuatro camas en literas y baño privado y los huéspedes toman sus comidas en el comedor principal del hotel.
La otra opción es el Inca Lodge, ideal para estudiantes y jóvenes. En este caso, diferente al Octógono, las habitaciones cuentan con baño común y los visitantes reciben sus comidas en el autoservicio.
Sin embargo, a la hora del almuerzo, el restaurante Tío Bob’s sobre lo alto de la montaña es el lugar indicado para cortar el día y escaparse del sol. Además, aquellos huéspedes que gustan de la comida gourmet, también la pueden disfrutar en Ski Portillo. El chef, Rafael Figueroa, con más de 12 años en el hotel, deleita los paladares con una variada cocina internacional acompañada por los mejores vinos del mundo.
Los programas semanales o Ski week incluyen siete noches de alojamiento con igual cantidad de pasajes para los andariveles, cuatro comidas gourmet diarias, cocktail de bienvenida con famosos vinos chilenos y pisco tours.
También acceso libre a todas las actividades del hotel y a sus instalaciones (piscina climatizada, jacuzzi, gimnasio, yoga, cine, biblioteca, sala de juegos, etc). Actividades semanales como las imperdibles Bajada de antorchas y Carrera Sol de Portillo y para los más pequeños el complejo ofrece guardería infantil y actividades de aprés- ski para niños y jóvenes.
La perla blanca chilena no por nada está tan cerca del cielo.
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