Este año empezaremos a esquiar con nieve natural, pero no es habitual en el Pirineo, sobretodo en cotas bajas, por eso cada temporada las estaciones de esquí gastan millones en sistemas innivación.
La tecnología ha cambiado mucho desde los años 50, cuando se hicieron las primeras pruebas de una de las ideas más geniales del sector de la nieve. Ahora casi todas las estaciones de esquí tienen unas instalaciones de producción de nieve modernas y ecológicas, con consumos de agua y eléctricos mínimos.
Hemos querido visitar a los responsables de los «cañones» de Grandvalira, la estación más grande del Pirineo y una de las que tiene más experiencia con este tipo de tecnología. En los últimos 10 años han invertido casi 10 millones de euros en estos equipamientos y gracias a esto tienen el 65% de la estación con nieve garantizada.
Antes de todo queremos aclarar que la producción de esta nieve «artificial» es 100% natural, intervienen agua y aire comprimido y una vez se deshace, vuelve a ser agua, el único consumo real que hay es eléctrico.
El sistema que tienen en Grandvalira no dista mucho del que disponen en el resto de estaciones, es un sistema fabricado por York Neige, que tiene una organización bastante simple y muy eficaz. Tenemos varias piezas que componen este puzzle, por un lado los embalses dónde se almacena el agua, un sistema de canalizaciones que recorren todas las pistas, un sistema de bombas de agua para hacer llegar el líquido elemento hasta el último rincón de la estación, unos compresores de aire que se encargan de abastecer al mismo tiempo que las bombas a todos los cañones y finalmente una sala de control desde dónde se controla el funcionamiento de la red de producción de nieve.
La sala de control no tiene que ver nada con las de las películas, es un despacho con un ordenador y dos pantallas que informan de parámetros meteorológicos como humedad, viento o temperatura de cada uno de los puntos de la estación, mostrados en un plano de la misma.
Los responsables de la producción de nieve controlan desde esta sala a cobijo de las inclemencias del tiempo todo lo que tiene que ver con los cañones, excepto si se tienen que mover, acción que hay que hacer in situ.
A modo de refutar leyendas urbanas diremos que no es posible que todos los cañones funcionen al mismo tiempo, por una cuestión de capacidad de la instalación, así como aunque teóricamente se podría producir nieve con temperatura positiva nunca se hace porqué es de muy mala calidad, normalmente se necesitan menos de 4 grados negativos para producir nieve de calidad, pero factores como la humedad o el viento (que puede ser cálido) pueden variar las condiciones e incluso impedir el uso de los cañones.
Desde la sala de control se controlan cada uno de los cientos de cañones de los que dispone Grandvalira, pudiendo poner en funcionamiento de uno en uno, dependiendo de las necesidades de nieve que tenga cada trozo de la pista y que los maquinistas (los que se encargan de pisar las pistas) ya comunican a los responsables de los cañones. De esta manera se pueden distribuir los recursos para una mejor cobertura de cada pista.
Hay dos tipos de cañones de nieve, de baja y alta presión, en la estación andorrana, disponen solo de los últimos, más modernos y eficientes, aunque también influye que es una estación con muchos días con temperatura bajo cero, lo que permite un uso de la instalación más veces durante la temporada. En cambio las estaciones con menor altura o simplemente con temperaturas más altas, en teoría (ya que estamos muy acostumbrados a ver el contrario) tendrían que usar cañones de baja presión, que tienen un rendimiento mucho mayor en metros cúbicos de nieve (a costa de un mayor consumo de agua y eléctrico), lo que permite que en menor tiempo acumular una mayor cantidad de nieve en la pista.
Esta profesión no tiene el glamour de los monitores de esquí, pero sin duda es tanto o más importante, damos las gracias al equipo de Grandvalira por la atención prestada.
Aprovechamos este reportaje para probar las Hi-Tec Siena Mid WP, un calzado resistente al agua muy apto para climas fríos, nieve y lluvia. Hay que reconocer que con la membrana impermeable y transpirable Dri-Tec®, nuestros pies estuvieron secos y calientes todo el día.
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