Probablemente son los dedos la parte del cuerpo más difícil de mantener caliente, por la tendencia del cuerpo a sacrificar el flujo sanguíneo hacia las extremidades en bajas temperaturas.
Al elegir entre guantes y manoplas buscaremos un compromiso entre la calidez del guante y la maniobrabilidad que permite. En general cuanto más voluminoso es un guante más caliente resulta y tanta menor maniobrabilidad va a permitirnos.
El concepto de capas también se aplica a las manos, aunque no se puede añadir capas sin perjudicar la circulación de los dedos. La primera capa puede ser un guante; la capa siguiente suele ser una manopla. Las manoplas son más calientes que los guantes ya que permiten a los dedos compartir el calor.
Un sistema de capas que funciona muy bien es un guante inferior fino cubierto con una manopla y cubre manopla. Como en los demás casos los guantes y manoplas deben estar hechos de tejidos que mantengan el calor incluso mojados.
Los cubre manoplas son la cubierta exterior de las manos. La parte correspondiente al dorso debe ser un tejido transpirable e impermeable.
El lado de la palma debe ser impermeable, pero no necesariamente transpirable. Un recubrimiento antideslizante en la palma mejorará el agarre en nuestras ascensiones.
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