Austríaco de nacimiento y luxemburgués de pasaporte, Marc Girardelli ha sido el esquiador más completo de la historia, ganando carreras de todas las disciplinas, consiguió 5 Copas del Mundo.
Considerado elesquiador más dotado y completo de la era moderna del esquí alpìno, Marc Girardelli, nació el 18 de julio de 1963 en Austria. Un esquiador que durante su carrera deportiva, que abarcó casi 17 años, combinó un palmarés extraordinario, un calvario de accidentes y lesiones y una rocambolesca historia de despecho hacia Austria, su país natal.
Aprendió a esquiar a los cinco años, y ya competía a los siete. Se destacó como una joven promesa al ganar, en 1975 y 1976, los trofeos Topolino y Ovo Gran Prix, una especie de campeonatos Mundiales para jóvenes.
Ese año 1976, significó un punto de inflexión en la vida y la carrera de Marc Girardelli. Él era un ciudadano austriaco que había aprendido a esquiar en una escuela situada cerca de su casa y que soñaba con convertirse en un gran esquiador austríaco, el auténtico deporte rey en ese país. Pero Marc quería ser entrenado por su padre Helmut y no por los entrenadores de la Federación. Su padre aún recuerda cómo rompió con su patria y porqué su hijo, aún siendo austriaco de nacimiento, se identifica con el himno luxemburgués:
“A Marc querían meterle en un internado especializado en la educación general y deportiva de los que están llamados a convertirse en futuros reyes del esquí. Me negué en rotundo. Los funcionarios de la Federación Austriaca me escribieron una carta sarnosa, en la que decían que había firmado la sentencia de muerte de mi hijo, por cuanto ya no cabía duda de que nunca sería un buen practicante. Aún la guardo»
Esas desavenecias provocaron un cambio histórico. A partir de ese año, Marc competiría por el Gran Ducado de Luxemburgo, un país pequeño, menos montañoso y con poca tradición en los deportes de invierno. Y haría llorar a su país con unas duras e hirientes palabras: «Las carreras son cuestión personal, no nacional»
Hizo su debut en la Copa del Mundo en 1980 y sus buenos resultados le valieron para ir escalando posiciones en el ranking de la FIS. Al año siguiente consiguió su primer podio en el slalom celebrado en Wengen, Suiza, donde fue segundo por delante del mítico Ingemar Stenmark.
En el periodo 1981-1983 se inició una racha de lesiones con algunas dislocaciones de hombro, además de una lesión de rodilla terrible que le obligó a someterse a una operación delicada y larga por el doctor Richard Steadman. El famoso ortopedista estadounidense dijo que nunca había visto una rodilla tan dañada. Un hombre normal habría tenido dificultades para caminar con normalidad mientras Girardelli, gracias a la fuerza de voluntad, más allá del dolor, regresó a la competición.
El 27 de febrero 1983, Girardelli ganó su primera prueba de la Copa del Mundo en la competición de slalom en Gaellivare , apuntando la primera de las 46 victorias que conseguiría en pruebas de la Copa del Mundo, pero al final de la temporada, sufrió otra lesión grave, y a pesar de tener un 15 % de discapacidad en su rodilla izquierda, el luxemburgués fue capaz de volver a competir gracias a un duro entrenamiento.
En la temporada 84-85 consigue su acabar primero en la clasificación general de la Copa del Mundo y alzando así la primera de las cinco que obtuvo (84-85, 85-86, 88-89, 90-91 y 92-93).
Girardelli se había instalado en la élite que ya nunca abandonaría. Sin ser el gran dominador en ninguna de las especialidades, su gran versatilidad le hacía estar siempre entre los favoritos. Fue el único esquiador que conseguiría victorias en las cinco modalidades del esquí alpino: descenso, supergigante, gigante, slalom y combinada. Fueron épicas sus batallas con el otro gran esquiador de la época, el suizo Pirmin Zurbriggen. Marc no era de 10, pero no bajaba de 8,5 o 9. No era de altos y bajos, de luces y sombras, de éxito o de fracaso. Era la línea estable en la parte alta, pero sin llegar al tope máximo. Girardelli era la regularidad sobre la nieve.
Esa regularidad fue su gran secreto para ganar más Copas del Mundo que nadie. Una línea de triunfos y buenas actuaciones sencillamente imbatible y que sólo podía ser combatida por sus rivales de una forma: el triunfo continuado, sin errores y ningún mal resultado. Algo completamente difícil, o directamente imposible.
Pero esa regularidad que le permitía ganar las competiciones largas, le limitó para las pruebas cortas. En este sentido, los Juegos Olímpicos fueron la espina clavada de Marc Girardelli. Solo consiguió dos platas (Super Gigante y Slalom Gigante) en Albertville 92 , un pobre bagaje para sus tres participaciones olímpicas (Calgary 88, Albertville 92 y Lillehammer 94).
En 1990 sufrió un grave accidente, una caída que a punto estuvo de dejarle parapléjico. Aunque su enorme fuerza de voluntad propició una increíble recuperación que le permitió volver a la competición y a la senda de los triunfos.
En 1997 y tras una carrera inigualable de éxitos, anunció su retirada de las pistas con un palmarés absolutamente envidiable: 2 Medallas de plata Olímpicas, 4 medallas de oro en Campeonatos del Mundo, 5 Generales de la Copa del Mundo y 46 victorias en la Copa del Mundo de Esquí Alpino. Tras su adiós, Girardelli se dedicó a los negocios y a la marca de ropa de ski que lleva su nombre.
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