Hace unos días conocimos de primera mano las iniciativas ecológicas del sector de Soldeu El Tarter de Grandvalira, guiados por su responsable del tema en Soldeu – El Tarter, Ton Naudi.
La montaña es la fuente de ingresos de las estaciones de esquí y por ello deben mimarla, por eso algunas estaciones han desarrollado una consciencia ecológica y la han incorporado a su plan de empresa. De todas ellas visitamos a la pionera y la que más y mejor trabaja y ha trabajado en este sentido, Grandvalira en Andorra.
La ecología no es simplemente una política de marketing como sucede habitualmente en muchos ayuntamientos y empresas Españolas, en Grandvalira hay un departamento a parte que se encarga de desarrollar y mantener todas las iniciativas y procesos relacionados con el reciclaje, tratamiento de aguas y buscar la manera de que cada año la estación tenga un menor impacto en la montaña Andorrana.
Algunos ejemplos de nuevas acciones para evitar contaminar, son el uso de fluidos hidráulicos, aceites e hidrocarburos biodegradables en las máquinas pisapistas, uso de semillas autóctonas para resembrar las pistas en primavera o la separación de los residuos de todos los edificios por tipo de material.
En la estación también se controla el agua de boca, con controles diarios en laboratorios propios y regulares en laboratorios de empresas externas.
La estación dispone de varias certificaciones medioambientales obtenidas durante los más de 20 años que el dominio andorrano está desarrollando este tipo de iniciativas.
La estación depura todas las aguas sucias que genera para que en el momento de su vertido al río, sean claras y limpias. Desde todos y cada uno de los edificios, restaurantes, baños,.. las aguas sucias bajan a las estaciones de depuración
En los diferentes talleres de maquinaria y reparación, disponen de unos sistemas de filtrado y decantación para que los aceites, grasas y otros productos contaminantes, no lleguen a los acuíferos y ríos y se acumulen en depósitos que son vaciados cada año.
Las medidas medioambientales también incluyen la protección de la naturaleza, limitando y protegiendo zonas como la de anidamiento del Urugallo y otras zonas de alto valor ecológico, dónde está prohibida la práctica de los deportes de invierno para preservar el ecosistema, su fauna y flora.
La ecología tampoco está reñida con el ahorro y por eso las máquinas pisapistas disponen de GPS y Radar para buscar una mejor economía de consumo. El GPS guía la máquina dentro del dominio para hacer el mismo trabajo en menos horas y consumiendo menos Gasoil, hecho que también es positivo porqué contamina menos. El Radar es parecido al sonar de los barcos, informa a los maquinistas del espesor de nieve que tiene debajo de la máquina, pudiendo así mover nieve desde dónde hay más a los espacios que tienen menos, de esta manera se ahorran cientos de horas de producción de nieve con los cañones y el consecuente ahorro en energía.
Ton quiso remarcar que los cañones solo usan agua, aire y el frío ambiental para producir la nieve, sin químicos ni inventos raros y que esa agua vuelve a los ríos y acuíferos cuando se derrite, o sea que el único gasto es eléctrico, con los compresores de aire y las bombas de agua.
El consumo eléctrico se ha reducido muy significativamente gracias al uso de sensores crepusculares, y de presencia, uso de bombillas de bajo consumo, termostatos en las zonas públicas,..
Las empresas proveedoras de la estación también deben cumplir una serie de requisitos ecológicos y de reciclaje. Todos los productos de un solo uso de las cafeterías (Cucharillas, vasos, platos,..) son reciclados y reciclables. Hasta se usa un tipo de letra muy delgada en sus comunicaciones para que si hay que imprimir en papel, se use el mínimo de tinta posible.
Estas iniciativas que cuestan muchos euros a la estación, se realizan gracias a personas como Ton, nuestro guía por un día, que se nota que le gusta su trabajo y habla con pasión de unas de las inversiones y trabajos más desconocidos de las estaciones de esquí y montaña.
Para una mejor conscienciación de los usuarios de la estación, por todo el dominio hay carteles explicativos y divulgativos sobre ecología, flora y fauna autóctona, la mayoría de pistas tienen nombre de animales, plantas y flores del Pirineo y a final de temporada se organizan jornadas de limpieza de las pistas con niños que recogen desde cigarros a latas, pasando por esquís y otras cosas curiosas.
Granvalira Soldeu El Tarter es un referente a nivel mundial en las practicas medioambientales, esperemos que poco a poco y ahora que parece que ha acabado la crisis (la mejor excusa para no invertir en este tema) el resto de estaciones se pongan las pilas y tomen medidas para que nuestro deporte deje la mínima huella en la montaña.
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