Lindsey Vonn, considerada como una de las mejores esquiadoras de la historia del esquí alpino, regresa de su retiro para convertirse no solo en la primera mujer en esquiar el Streif, la pista más peligrosa del mundo reservada exclusivamente para la Copa del Mundo masculina, sino también en la primera persona en hacerlo de noche.
La estadounidense ganó todo lo que podía ganar antes de retirarse en 2019, pero le faltó un último sueño por cumplir en su ilustre carrera: esquiar el temible Streif en Kitzbühel, Austria.
El Streif, la pista más peligrosa del mundo.
El Streif es considerado el mayor desafío de la Copa del Mundo de Esquí Alpino FIS, una carrera en la que Vonn nunca pudo competir debido a que en esta pista solo se llevan a cabo carreras de Descenso masculino.
“Solo cuando esquías en el Streif eres un verdadero corredor de descenso. Es el padre de todos los descensos, el recorrido más difícil del mundo. Nadie creía que yo pudiera hacerlo. Por eso, después de todas mis lesiones, tener ahora esta oportunidad única en la vida de esquiar desde la puerta de salida y cumplir mi sueño es increíble” dijo Vonn.
“Siempre he sentido mucho respeto por los hombres que corrían por el Streif, pero ahora más. Una cosa es bajar y otra esquiar para ganar. Ahora entiendo completamente lo que eso significa. Me ha dado una perspectiva más amplia de lo asombrosos que son estos hombres” añade Vonn.
Vuelta a la acción.
Cuatro años después de su última carrera de descenso, Vonn aparece en la puerta de salida y va tomando velocidad hasta la famosa Mausefalle (ratonera) con una pendiente del 85%.
Para esta última bajada, la estadounidense se preparó intensamente, a pesar de las graves lesiones de rodilla sufridas a lo largo de su carrera. Tomó prestados los esquís de la estrella estadounidense Ryan Cochran-Siegle y su antiguo militar, Heinz Hämmerle, los preparó para alcanzar velocidades de más de 100 km/h. Además, hacerlo por la noche agregó más dramatismo a una ocasión ya intensa de por sí.
«Sentí que estaba saltando por el borde del mundo. No creo que haya estado tan nerviosa antes de una bajada en mi vida. Soy una adicta a la adrenalina y me encanta esforzarme hasta el límite absoluto, estar al borde del miedo. Vivo para un desafío como este», confiensa Vonn.
Vonn también reveló que asumió el desafío por su madre, Linda, quien falleció en agosto. «Sabía que me estaba mirando, cuidándome como un ángel de la guardia para ayudarme a lograr este sueño. Sé que está orgullosa de mí. Como siempre».
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