La semana pasada hicimos un experimento que podía salir bien o simplemente explotarnos en la cara, mezclamos un día gris con nevadas intermitentes, temperaturas por debajo de 0 grados, con dos niños de 7 años y la estación andorrana de Grandvalira.
Nuestros Becarios Joan y Berta fueron las sacrificadas coballas protagonistas de este cruel experimento (al menos según la opinión de muchos padres consultados).
El fin de semana experimental empezó el sábado a las 9 de la mañana en el parking del Tarter de Grandvalira, con una copiosa nevada, los pequeños ya nos empezaron a meter prisa para subir a pistas (pero no decían que este tipo de jornadas eran imposibles con niños?) tomamos el telecabina del Tarter y empezamos a esquiar, ellos más fuera de las pistas que dentro, ya que se habían acumulado entorno 15 centímetros de nieve fresca y les hacía gracia marcar la traza..
Durante la primera parte de la mañana recorrimos El Tarter, Soldeu y Grau Roig, a Pas de la Casa no llegamos porqué teníamos una cita ineludible, presenciar la final del Total Fight Masters of Freestyle, una competición internacional que se celebra en el Snowpark del Tarter de Grandvalira, cada año. Allí disfrutamos de los saltos y piruetas y los niños estuvieron jugando en la nieve, con otros niños, tirándose por un tobogán improvisado,..
Al final la competición apretaba el hambre así que nos tomamos una buena butifarra entre el pan y un refresco.
Después de comer y ante el asombro de los padres, los pequeños querían seguir esquiando, así que fuimos al Mon(t) Mágic, el mundo mágico de Grandvalira, pensado para que los más peques sueñen despiertos en pistas tematizadas, con hadas y brujas, allí estuvimos hasta casi las 4 de la tarde, que tras casi 7 horas de nieve, nos pareció adecuado ya retirarnos.
Durante el día vimos algún rayo de sol, pero después de comer ya se volvió a cubrir y volvió a nevar. Nevada que duró hasta la mañana siguiente, que nos despertamos con el coche con un par de dedos de nieve y más de 15 centímetros de nieve fresca en pistas!
La segunda jornada del experimento fue bajo una importante nevada y con nubes bajas que impedían la visión en las partes altas del dominio, así que decidimos quedarnos en Soldeu y el Tarter, haciendo mucho fuera pista, muchos saltos y repitiendo el circuito infantil Bababoom Circus de Grandvalira, dónde se lo pasaron en grande, sobretodo Berta que era la primera vez que esquiaba en Grandvalira.
La moraleja de este artículo es que los niños no son de algodón de azúcar, si se divierten se olvidan de que hace frío, hay niebla o está nevando.
Un detalle importante es que en días cómo los dos que vivimos en Grandvalira, pequeños y grandes debemos ir abrigados con inteligencia, prendas térmicas transpirables e impermeables (Guantes, Chaqueta, pantalones,.. pero también ropa interior térmica)
Los niños siempre quieren jugar y si los enseñamos a jugar esquiando o haciendo Snowboard, aprenderán a amar estos deportes, tanto o más que nosotros.
Agradecemos a Seat la cesión de un Seat Ateca 4×4 para la realización de este reportaje.
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