La villa de Llivia, a pocos kilómetros de Puigcerdà es un enclave turístico muy peculiar, ya que se encuentra rodeada por territorio francés, acoge la primera farmacia de Europa (data de la Edad Media), es segunda residencia en invierno de muchos amantes de los deportes de nieve y ahora, tendrán unos baños de aguas termales que mejorarán aún más su atractivo turístico.
Según fuentes municipales, los trabajos avanzan a buen ritmo. Se está perforando una poza de 350 metros de profundidad, dónde se localizan las aguas calientes sulfurosas, que serán las encargadas de alimentar las termas. Esta agua tiene una temperatura de 47 grados.
Esta agua servirá para mantener caliente el agua de la piscina Municipal, junto con cuatro pequeñas piscinas con capacidad para hasta 60 personas.
También se instalarán unas casetas de madera con vestuarios y duchas.
La intención es que tanto los baños termales como la piscina municipal abran todo el año y se conviertan, así, en un nuevo reclamo turístico del municipio.
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