Pallars Sobirà, estaciones de esquí, aventura y cultura.

No es un secreto que aquellos que creamos Soloski.net allá por el 1997 nos enamoramos de la nieve y la montaña en el Pallars Sobirá, entre Espot y Port Ainé, una comarca que aglutina algunos de los mejores centros de esquí y montaña del Pirineo, estaciones de Esquí Alpino y de Fondo, pero también una riqueza natural sin igual.

La comarca leridana del Pallars Sobirà tiene la friolera de 5 estaciones de esquí, Tavascan, Virós Vallfarrera, Port Ainé, Espot y parte de Baqueira Beret, algunos centenares de kilómetros de pistas para la práctica del Esquí Alpino y de fondo en muy pocos kilómetros cuadrados.

La estación más conocida es Baqueira Beret, que se la asocia al valle de Arán pero ya hace un buen montón de años empezó a expendirse hacia el Pallars Sobirá, concretamente las Valls d’Aneu y que sus futuras ampliaciones también serán del lado del Pallars Sobirá. Baqueira tiene en la comarca bañada por el río Noguera Pallaresa su lado más tranquilo y familiar, aún no explotado urbanísticamente pero también sus pistas menos concurridas y según nuestro parecer, las más bonitas del dominio.

Tavascán es sin duda la estación menos conocida por la mayoría de la gente, es junto con Baqueira la que ofrece la posibilidad de practicar tanto esquí nórdico como alpino, pero en una dimensión más pequeña y en el caso del Alpino es muy famosa por su fuera pista, un freeride mítico que hace que esquiadores y snowboarders de todo el mundo se acerquen a Tavascan a disfrutar de su nieve polvo. La pista de fondo es también bastante particular, con buena inclinación y buen desnivel, sin duda tavascan es un dominio para amantes de los retos. La estación parte del refugio La Pleta del Prat, dónde podemos comer y quedarnos a dormir.

Virós Vallfarrera es la estación escondida del pirineo, cómo sucede con otras estaciones del Pirineo de Huesca, su acceso es algo complicado, desde el pueblo de Alins hay un camino medio asfaltado (los primeros kilómetros, luego es una pista forestal) que nos acerca al Refugi Gall Fer, un rincón de belleza excepcional con una pequeña estación de fondo con unos 20 kilómetros de pistas y dónde también ofrecen otras actividades relacionadas con la nieve (Raquetas o Esquí de Montaña) en Invierno y en verano es un paraiso para el senderismo, Nordic Walking o Mountain Bike, rodeado de bosque y unas vistas impresionantes.

Port Ainé es sin duda alguna la estación que mejor mantiene la nieve del pirineo junto con Porté Puymorens, ofrece temporadas largas (alguna hasta mayo) debido a su orientación y las copiosas nevadas que recibe, es una estación de pequeño formato, muy familiar pero con pistas de todos tipos, algunas de ellas solo aptas para expertos. Ofrece todos los servicios incluido un Hotel a pie de Pistas en la cota 1.900, el más alto del Pirineo. En verano ofrece también algunas actividades cómo senderismo o un completo parque de aventuras.

Espot es la estación más familiar de la comarca, un complejo con 1.000 metros de desnivel, con grandes pistas, al lado del Parque Nacional de Aigüestortes y estany de Sant Maurici y que tiene la ventaja de estar situada a tan solo 3 kilómetros del pueblo del mismo nombre, una localidad tranquila y que ofrece múltiples opciones tanto en invierno cómo en verano.

El invierno en el Pallars Sobirá también anima a disfrutar de sus montañas, coronadas por la Pica d’Estats, de 3.143 metros de altitud.

En invierno o en verano el Pallars Sobirá nos regala instantáneas que hacen que se pare el tiempo con sus decenas de pequeños núcleos rurales, sus lagos de montaña y su importante legado histórico.

Además de una gran cantidad de edificaciones románicas, la comarca dispone de una interesante oferta museística y otros lugares de alto interés cultural, como el Ecomuseu de les Valls d’Aneu o la Serradora d’Areu, que muestran los usos y costumbres tradicionales de la comarca. También el Museo de Mariposas de Cataluña o la central eléctrica subterránea de Tavascán.

De entre todos los pueblos destacan Llesui, Gerri de la Sal o Esterri d’Aneu.

Esterri d’Aneu es la segunda localidad más importante de esta zona, ya que se encuentra en una encrucijada de valles. Su casco antiguo lo configuran estrechos callejones con antiguos edificios, en cuya calle Mayor se encuentra la Creu de Terme. Se trata de una estela discoidal situada sobre una columna que según la tradición, fue erigida por los franceses. Junto al barrio del puente, sobre el río Noguera Pallaresa, se levanta un puente medieval de finales del siglo XIII con dos arcos y cerca de treinta metros de longitud. Cuenta también Esterri con uno de los principales ecomuseos de la zona, se encuentra en la Casa Gassia, en la que se muestra al visitante una panorámica de la forma de vida y las tradiciones de los habitantes allá por el siglo XIX, además de información útil sobre el entorno y la naturaleza.

Otro punto de interés es Llesui. Se localiza en las proximidades de Sort, municipio capital de la comarca del Pallars, en el valle de Assua, uno de los menos conocidos hasta que se construyó la estación de esquí de Llesui. Hace años que cerraron sus instalaciones, pero el pueblo, aunque fue notablemente transformado en aquel entonces, conserva detalles de su arquitectura de alto interés como la iglesia románica de Sant Pere.

Gerri de la Sal, ya camino de la Pobla de Segur fue declarado conjunto histórico artístico, con bellas manifestaciones de su antiguo trazado medieval como la muralla y la Torre de la Presó. Frente al pueblo se alza el monasterio de Santa María, uno de los lugares de recogimiento espiritual más importantes del Pallars. El subnombre de La Sal proviene por la existencia de un manantial salino de la zona. Su explotación fue privilegio de los monjes benedictinos hasta el siglo XVIII. La organización monacal fue, en tiempos, una de las más enriquecidas del obispado de Urgell, ya que acaparaba terrenos en latifundio dominados por castillos y derechos de explotación de molinos, además de las mencionadas salinas.

El Pallars Sobirá se distribuye por varios valles que confluyen en uno principal, por dónde fluye el Río Noguera Pallaresa, epicentro de los deportes de aventura cómo el rafting, Piraguismo o hidrospeed y que de marzo a Noviembre atraen a miles de personas ábidas de adrenalina y nuevas sensaciones.

Las leyendas también tienen su espacio en esta comarca, el Pla de Negua o els Plans de Boavi, fueron usados por las brujas para celebrar aquelarres y más recientemente el micro pueblo de Tor se tornó protagonista cuando la estación de esquí Andorrana de Pal-Arinsal quiso ampliar sus pistas hasta este núcleo perdido del pirineo y la cosa terminó en tragedia y olvido.

Personalmente diría que hay una tradición que destaca encima del resto, se trata de las Fallas, que poco tienen a ver con las de valencia, excepto por el fuego, es una tradición centenaria que en San Juan, pueblos como Isil (hay 60 poblaciones que mantienen la tradición) celebran el día más largo del año bajando con troncos encendidos encima de la espalda desde las montañas hasta el centro del pueblo dónde hacen una gran fogata y celebran una fiesta, es un espectáculo que deja sin palabras.

El patrimonio histórico en el Pallars Sobirá no es tan afamado cómo el de la vall de Boí, pero poco o nada tiene que envidiar, tenemos las iglesias románicas de Santa Maria d’Àneu, Santa Maria de Ginestarre, Santa Maria de Ribera de Cardós, Sant Iscle i Santa Victòria de Surp, Sant Joan d’Isil,

Sant Julià d’Unarre, Sant Pau i Sant Pere d’Esterri de Cardós, Sant Serni de Baiasca y el Conjunto monumental de Son a parte de varias ermitas y los Monasterios de Santa Maria de Gerri de la Sal y Sant Pere del Burgal.

Otras edificaciones singulares son los Castillos de Gilareny, Lladorre, Llort, Malmercat, Rialp, Sort, Tavascan y València d’Àneu y las Torres de Vigía de Cal Coix, Colomers, Colomar de les Bruixes, Guillem, la Presó, Santa Maria de Ribera, Escaló y Espot.

Algunas de estas edificaciones están en mejor estado que otras y en algunos casos se pueden visitar.

Por último decir que hay varios vestigios militares de mediados del siglo XX, cómo los Bunquers de La Guingueta d’Aneu o Soriguera.