A la hora de comprar unas botas de esquí, la mayoría nos fijamos en el color, en la marca y en otros detalles banales, pero hay un factor muy importante, que influye y mucho en el funcionamiento de las Botas encima de los esquís, este es el índice de Flexión.
Uno de los elementos a tener en cuenta para la compra de la bota es la «dureza» de los plásticos, llamado «Flex». Para elegir nuestro flex adecuado, nos basaremos en el peso, el nivel técnico y el tipo de esquí que usamos, ya que no es lo mismo esquiar tranquilamente por pistas azules que bajar rojas o negras a toda pastilla.
El flex máximo oscila entre 130 y 140 y es el que llevan los corredores de copa del mundo de esquí alpino, aunque también algunos turistas deportivos con algún kilo de más.
El índice de flexión no sigue una norma común en todas las marcas, aunque tampoco es muy dispar.
Si el Flex elegido es muy alto, no dejará mover bien a nuestra pierna y consecuentemente, nos costará movernos encima de los esquís y no conseguiremos un esquí fluido y fácil.
Por el contrario, una flexión que sea demasiado suave no aguantará el peso de nuestro cuerpo y acarreará un esquí inseguro y sin control del esquí sobre todo en nieve más dura y compacta.
La mejor manera de saber el flex adecuado, sería visitar a una tienda especializada, aunque el mejor indicador es equivalente a nuestro peso si somos esquiadores de nivel medio, o algo superior en el caso de tener un nivel más alto.
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