Un estudio realizado por el neurocientífico Frieder Beck ha demostrado que practicar esquí puede tener consecuencias muy positivas para la mente de los niños.
Ya en la antigüedad se decía Mente sana y cuerpo sano, pues ahora los científicos han corroborado esta teoría.
El esquí, al igual que otra clase de actividades deportivas en la naturaleza, pueden llegar a ser muy beneficiosos para nuestra salud. Son actividades que ayudan a relajar las presiones del cuerpo humano, mejorando los niveles de hipertensión y colesterol.
Este deporte puede llevar a producir un gran gasto de energía, ayudando a que no se produzcan enfermedades cardiovasculares en nuestro cuerpo. Una enfermedad muy común para personas con vida sedentaria. En concreto se habla de una notable mejora en ciertas facultades mentales como la memoria o la concentración. Incluso se habla de una mejora en la capacidad para socializarse que pueden llegar a notar los deportistas de esquí.
El estudio hace referencia a estas características justo desde el mismo momento en que se empieza a practicar esquí. Mientras el deportista se encuentra en sus primero minutos de práctica, la autoestima de este puede aumentar notablemente gracias a la liberación de endorfinas.
Los deportes de nieve que se centran en la naturaleza y en ámbitos rurales, alejándose por completo de la contaminación que podemos encontrar en las grandes ciudades.
Un análisis de 265.000 niños mostró que los niveles de inteligencia y cardiovasculares están directamente relacionados, cuanta mejor forma física, mejor rendimiento intelectual.
4500 estudiantes de escuelas primarias que practican un deporte regularmente, mostraron un aumento significativo de las matemáticas y servicios lingüísticos.
Tenéis el estudio completo en el libro «El deporte hace inteligente» de Frieder Beck
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