Yo no se si les pasa a todos los padres pero a mi, mi hijo de 3 años no me hace ni caso, al menos en cuanto intento que aprenda algo, en el esquí por tanto no conseguía que el churumbel progresara, así que hablando con los amigos de la Escola d’Esquí i d’Snowboard de Grandvalira-Pas de la Casa i Grau Roig, les propusimos un reto, a ver si ellos se veían capaces de hacer que el cabezón de nuestro hijo, esquiara. Ellos lo vieron fácil (si fácil, y yo rompiéndome la espalda cada fin de semana sin resultado) y me dijeron que con 10 horas de monitor se veían capaces de que esquiara sólo.
Bueno, llega el primer día, nos presentan al monitor, Joan Badias, casualmente se llama igual que nuestro hijo y parece que le hace gracia al peque, se lo lleva a la pista de debutantes, suben por la cinta transportadora y hace la primera bajada, el monitor cogiendo al peque desde delante, hacen alguna bajada más y nuestro hijo ve un carrousel que se usa para que los niños aprendan a girar con los esquís y de allí no lo sacamos hasta el final de clase, la verdad es que las primeras dos horas no las aprovechó mucho..
El segundo día decidimos con el monitor alejar al pequeño del adictivo carrusel y se lo llevó a un arrastre por el que empezaron a bajar primero como el primer día y después con nuestro hijo agarrado del palo del monitor, vista esta evolución decidieron coger un telesilla y ir al circuito Imaginarium de Grau Roig, una pista tematizada por la tienda de juguetes del mismo nombre con túneles, slaloms,.. muy adecuada para pequeños y grandes. Ese día hicieron ya 6 o 7 bajadas con el niño cogido al palo del monitor y en las partes más llanas se dejaba ir y empezaba a intentar frenar haciendo cuña.
El tercer día no tuvo mucha evolución, ya que aunque variaron de pistas y fueron a la pista azul de Pessons, el niño no quería ir solo y acabó cabreado y llorando.
El cuarto día hubo un cambio de chip, el niño se soltó y empezó a hacer cuña solo y aunque se cayó bastantes veces, conseguía controlar la velocidad y girar dónde quería,. Se produjo el milagro.
Al día siguiente nos fuimos mi mujer y yo con el peque al otro circuito infantil de la estación de Grandvalira, el Bababoom Circus, ubicado en el Tarter, con la idea de intentar hacerlo un par de veces y volver a casa, pero el pequeñajo ya había entendido lo divertido que es esquiar y más solo y se pegó 6 bajadas por la pista infantil y terminamos el día bajando íntegramente la pista esquirol de El Tarter.
Los días siguientes el niño ya no quiere ni que lo levantemos cuando se cae, lo hace solo, baja haciendo curvas en cuña pero es totalmente autónomo y disfruta de lo lindo esquiando, en los videos se le ve…
La moraleja es que un servidor, padre de la criatura, le puso muchas horas y paciencia, pero el monitor supo encontrar la motivación del niño para que se soltara, Gracias Joan!!!!
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